Me cruza el río
en un valle de lágrimas de luz,
donde piedras
imantan versos,
que despego
con prontitud.
Porque nada de esto es mío,
ya lo decía yo.
Yo solo recojo lo que al mar no llega,
lo que mi ojo
señaló.
De las malezas
desenredo el misterio,
hago versos con su voz.
Guardo palabras sueltas
en los bolsillos,
de mi sencillo,
pantalón.
El agua que no abrazo
queda suelta
y siembra
a mi alrededor:
Versos
que florecen
en forma de pétalos,
y libros,
que me saben a amor.
Por Pablo Mirlo
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
¡Aplausos Pablo!
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🙂 ¡Muchas gracias!
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¡Excelente! Un saludo
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¡Muchas gracias! Saludos.
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Muy hermoso, Pablo
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¡Muchas gracias!
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