Como un metrónomo,
machacan.
Como una ráfaga de balas,
machacan.
Como una pedrada,
machacan.
Como lancetas de abeja,
machacan.
Los techos
y las casas,
abriendo ojos al cielo,
y exponiendo
a los moradores
dentro.
Machacan,
atacan,
achacan.
Y llueve tan fuerte adentro,
como en tus ojos,
como en tu cama.
Por la mañana,
la escarcha,
y cerrar paraguas
hasta el próximo
invierno.
Por la tarde,
los vientos,
y ver volar el desespero
del corazón
entre los restos.
No era tiempo de invierno todavía
No era tiempo de mal tiempo
en este tiempo,
todavía.
Por Pablo Mirlo
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
Le estoy cogiendo el gusto a leerte, mucho.
🙂
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Me alegro muchísimo. Más deseos de seguir publicando me dan 🙂
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Bello…
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Gracias, amigo.
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Me encanta, es la tormenta del corazón, de un alma que llora a destiempo…
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Me encanta que te encante 🙂
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Y a mí me encanta que te encante que me encante …Jajajaja felices fiestas Pablo!
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Jajaja. ¡Felices fiestas para ti también!
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